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20 oct 2006

¿Dejar para mañana el aprovechamiento compartido?

El aprovechamiento del conocimiento es una utopía, o un vago concepto de la comunidad internacional? Creemos sinceramente que ni lo uno, ni lo otro. Unos cuantos ejemplos serán más elocuentes que una docena de análisis. En 1965, Singapur era un país de economía subdesarrollada, donde proliferaban las barriadas miserables. Desde entonces, los poderes públicos aplicaron de forma resuelta una serie de políticas encaminadas a invertir en la educación, mejorar la capacitación técnica, incrementar la productividad y atraer a las empresas industriales con alto valor añadido. Hoy en día, el producto interior bruto de este país supera al de muchas naciones del hemisferio norte.
Una economía basada en el aprovechamiento compartido y la difusión del conocimiento, constituye una baza muy apreciable para los países emergentes y el bienestar de sus poblaciones. Por ejemplo, el Estado indio de Kerala, pese a su pobreza, posee hoy en día un nivel de desarrollo humano que se acerca al de los países del hemisferio norte. En efecto, la esperanza de vida de sus habitantes es de 73 años y el índice de escolarización es superior al 90%. Este Estado ha contribuido en gran medida a hacer que India sea la octava nación del mundo por el número de sus publicaciones científicas.
En 1971, varios miles de emigrantes se asentaron en un terreno llano desértico, situado a unos 20 kilómetros de Lima, y crearon Villa El Salvador. Basándose en sus propias fuerzas, crearon centros docentes y una serie de asociaciones. Su intrépida acción en pro de un desarrollo de carácter participativo y comunitario se apoyó en las mujeres, y tuvo por resultado la transformación de esta barriada miserable en una ciudad bien organizada, a la que se reconoció en 1983 la categoría de municipio. En 1987, Villa El Salvador creó su propia universidad. Hoy en día, el 98% de los niños están escolarizados y el índice de analfabetismo de la población adulta se cifra en un 4,5%, esto es, el porcentaje más bajo de todo Perú. La ciudad tiene ahora 400.000 habitantes y 15.000 de ellos son estudiantes. El municipio ha instalado centros para que los vecinos puedan acceder a medios informatizados y expresar su parecer sobre los temas que son objeto de discusión en la comunidad.
El aprovechamiento compartido del conocimiento es, por consiguiente, un potente impulsor de la lucha contra la pobreza. También es, en nuestros días, el factor clave de la producción de riquezas. Se suele citar a Finlandia como ejemplo de esto. Tras la grave crisis económica padecida después del desmoronamiento de la Unión Soviética, este país ha llegado a invertir cerca del 4% de su producto interior bruto en la investigación y ha logrado que su sistema educativo se sitúe a la cabeza de los existentes en los países industrializados de la OCDE. Además, las diferencias de resultados entre los estudiantes, así como entre los centros docentes, son sorprendentemente mínimas, lo cual demuestra que la equidad puede ir perfectamente a la par con el éxito en la adquisición de conocimientos y los logros económicos.
Estos ejemplos distan mucho de ser una excepción. En todas las regiones del mundo, hay una serie de países que están inventando nuevas modalidades de desarrollo basadas en el conocimiento y la inteligencia. En el futuro, las posibilidades de desarrollo de una sociedad determinada dependerán menos de sus riquezas naturales que de su capacidad para crear conocimientos, difundirlos y utilizarlos. ¿Será el siglo XXI testigo del auge de sociedades del conocimiento compartido? Al ser el conocimiento un bien público al que todos deben tener acceso, una sociedad basada en él tendría que ser una sociedad sin excluidos. No obstante, el aprovechamiento compartido del conocimiento no podría reducirse a una mera partición de éste o al intercambio de un recurso raro que tratarán de disputarse entre sí las naciones, las sociedades y las personas.
En las sociedades en red, la creatividad y las posibilidades de intercambio o aprovechamiento compartido se multiplican. Estas sociedades crean un contexto especialmente propicio al conocimiento, la innovación, la formación y la investigación. Las nuevas formas de sociabilidad en red que se están desarrollando por conducto de Internet no son jerárquicas, sino horizontales. De ahí que constituyan un acicate para la cooperación, como lo demuestra el ejemplo del "colaboratorio" en el ámbito de la investigación, o el de los programas de "fuente abierta" en el campo de la informática.
El surgimiento de las sociedades en red, así como la correspondiente disminución de los costos de transacción que conlleva, estimulan el auge de nuevas formas de organización productiva basadas en el intercambio y la colaboración dentro de una misma comunidad de aprovechamiento compartido. Este aspecto reviste una importancia esencial frente a las tentaciones de desencadenar la guerra económica. En efecto, estas prácticas de nuevo tipo permiten albergar la esperanza de que sabremos encontrar un justo equilibrio entre la protección de los derechos de propiedad intelectual -imprescindible para impulsar la innovación- y la promoción de los conocimientos de dominio público.
El aprovechamiento compartido del conocimiento no debe limitarse a la creación de nuevos conocimientos, la promoción de los conocimientos de dominio público, o la reducción de la "brecha cognitiva". Ha de suponer un acceso universal al conocimiento, así como una participación activa de todos. Por tanto, será la clave de las democracias del mañana, que han de basarse en un espacio público de nuevo tipo en el que tendrán lugar verdaderos encuentros y debates con una participación de la sociedad civil, permitiendo así tratar los problemas de la sociedad con una óptica prospectiva. Los actuales "foros híbridos" y las conferencias de ciudadanos ya están prefigurando ese aprovechamiento compartido, por lo menos en algunos aspectos.
Es evidente que el aprovechamiento compartido del conocimiento tropieza con obstáculos. Éstos, al igual que las soluciones que proponemos, se analizan en el Informe Mundial de la Unesco Hacia las sociedades del conocimiento, publicado hace unos meses bajo la dirección de Jérôme Bindé. La sesión de los Coloquios del Siglo XXI, celebrada recientemente en la Unesco y centrada precisamente en este tema, ha permitido aprehender mejor los factores principales que frenan ese aprovechamiento: la polarización, la "brecha digital", la "brecha cognitiva" -más grave aún- y la desigualdad entre hombres y mujeres. Para superar esos obstáculos, las sociedades tienen que invertir masivamente en la educación para todos a lo largo de toda la vida, así como en la investigación, el "infodesarrollo" y el fomento de "sociedades del aprendizaje", respetando más y mejor la diversidad de las culturas cognitivas y los conocimientos locales, tradicionales y autóctonos. El aprovechamiento compartido del conocimiento no se podrá seguir aplazando indefinidamente para mañana porque, lejos de constituir un problema, representa una solución. En efecto, no entraña una división del conocimiento, sino que lo acrecienta y multiplica.

Koichiro Matsuura (Director general de la Unesco).

4 comentarios:

Yara dijo...

Me ha parecido un artículo muy interesante. Nunca había oído hablar de este tema, del aprovechamiento compartido del conocimiento y me ha hecho reflexionar y pensar sobre ello. Creo que en sí es una idea muy buena pero dudo de su total realización en un futuro, puede que en algunos países se lograra, pero en otros sería aún más difícil porque carecen de tecnologías que les faciliten la propagación rápida y eficaz de los conocimientos. Quizás el medio más adecuado, o uno de ellos, para la transmisión de conocimientos compartidos sería Internet y hay muchos países que aún no cuentan con esta tecnología, ni siquiera con otras mucho más elementales.

Para desarrollar un plan de conocimiento compartido el primer elemento necesario e imprescindible serían grandes inversiones económicas para que todos los países se igualaran, tecnológicamente hablando, y esto es muy difícil o incluso imposible, ya que no interesa. No interesa que todos seamos iguales y compartamos los mismos conocimientos, porque al “grande” siempre le interesará la ignorancia del más “pequeño” para poder manipularlo, engañarlo y lucrarse con ello.
Y sabemos que esto siempre va a ser así mientras el que mande piense únicamente en su propio beneficio y no se preocupe por los demás y es casi una total certeza que esta dinámica va a seguir siendo así siempre.

En conclusión, que sería muy bonito y muy perfecto que todos fuéramos una especie de científicos o inventores y contribuyéramos a nuestra sociedad con nuestros conocimientos y compartiéramos los de los demás, pero la perfección no existe y menos cuando hablamos de política.

Yara Carrera Marqués
2º ED.PRIMARIA

Adrian dijo...

ADRIAN RENILLA GARCIA
SEGUNDO DE EDUCACION PRIMARIA

Por lo que veo todos mis compañeros opinan que el artículo es interesante, pero mas que interesante yo lo veo como una realidad que poco a poco se va acentuando mas y mas en todas y cada una de las sociedades.
Cada día que pasa soy mas consciente de la importancia que tiene la educación, es tan necesaria como el respirar...como futuro maestro que soy me doy cuenta de que si educáramos a los niños poniendo como base esos principios morales y éticos que se citan en el articulo formaríamos ciudadanos ideales; lo que pasa es que este hecho no es posible hoy por hoy y menos aun con el trabajo de unos pocos. La sociedad en la que nos movemos determina cuándo, dónde y por qué...no lo reconocemos pero la mayoría de las personas vivimos por y para nosotros, dejando a un lado las desigualdades (de todo tipo) y no viendo más lejos de nuestros pies.
Es muy bonito decir, incluso pensar en favorecer el desarrollo de los países que lo necesitan, pero el desarrollo de esos países lo tienen que impulsar los habitantes de ese país, con ayudas sí, pero no con cláusulas de dependencia que no hacen mas que agravar los intereses que ponen los prestamistas. Me da lo mismo que no pidan los bienes prestados si se lo cobran en términos de servicios, a costa de explotar la industria de ese país. No es que sean países pobres, es que los que poseen el poder les hacen ser pobres.
Como siempre el egocentrismo del ser humano por encima de todo, ¿Por qué no nos unimos todos y ayudamos a los desfavorecidos? ¿Para paliar el hambre en el mundo? ¿Para buscar la cura del sida? ¿Para crear un mundo mucho mejor para todos? Sí, es muy difícil, me atrevería a decir que casi imposible porque los hombres nos perdemos en nosotros mismos, no jugamos más que con nuestro propio bienestar. Pero nada es imposible, podríamos empezar por mejorar como personas, ayudarnos mutuamente...¿Qué mejor premio que ese? La satisfacción del prójimo... Si cada uno fuéramos capaces de hacer esto, no crearíamos una sociedad de bienestar, crearíamos un mundo nuevo.

Anónimo dijo...

De acuerdo con lo que dice el artículo, el aprovechamiento compartido es una solución a la pobreza y a la mejora del conocimiento.Se ha demostrado que gracias a esto se han mejorado notablemente problemas existentes en paises subdesarrollados como la alfabetización, desescolarización, etc.
En esta publicación puede ver como una sociedad puede cambiar gracias a la instauración de centros docentes para poder difundir el conocimiento a toda la comunidad y por supuesto hay que tener en cuenta que los recursos no son un gran problema para el parovechamiento compartido sino que va a depender de como crear el conocimiento, difundirlos y utilizarlos.
Se debe concienciar a las sociedades de la importancia de invertir en educación para garantizar la evolución.
"El aprovechamiento compartido garantizará una educación más cercana, sin barreras y en igualdad"

Maite dijo...

Quizá mi visión del mundo sea demasiado pesimista, pero veo un poco utópico el aprovechamiento compartido del conocimiento.
Actualmente, la sociedad en la que vivimos puede considerarse como la Sociedad del Conocimiento, pero ¿nos referimos con esto a una sociedad global? ¿o tan sólo a los países desarrollados, principalmente, del hemisferio norte?
Por eso me parece tan utópico la creación de sociedades (refiriéndome sobre todo a regiones sumidas en la pobreza) en las que se dependa menos de sus riquezas naturales que de su capacidad para crear conocimientos, difundirlos y utilizarlos, en las que el conocimiento compartido consiga acabar con la pobreza, y que además el conocimiento sea un bien accesible a todos por igual; porque ¿cómo conseguirán esto aquellos países que están sumidos en la pobreza? ¿Somos acaso tan ingenuos de pensar que los políticos y aquellas personas que "mueven los hilos del mundo" van a conseguir una sociedad del conocimiento compartido?
No quiero con ello menospreciar a aquellas personas que intentan y movilizan todo esto, pero seamos realistas, para hacer cambiar el mundo, primero hay que cambiar la mente del mundo. Y esto no es fácil.
Ojala esto llegue a realizarse, en serio; pero como he indicado al principio, quizá mi opinión y visión sea en exceso pesimista o negativa, aunque pretendo tan sólo darle un toque de realismo. Sí, todo es posible, pero con mucho esfuerzo y es un esfuerzo que muchos políticos no están dispuestos a "sudar" para llevar a cabo cosas que le den al mundo un punto de igualdad y avance.
Por lo que, como dice Koichiro, habría que superar los obstáculos que él mismo indica en el artículo: la "brecha digital", la "brecha cognitiva" y la desigualdad entre hombres y mujeres (tema que siempre acaba saliendo en todo tipo de artículos provenientes de activistas y gente comprometida con la sociedad y con organismos importantes que se preocupan por mejorar la sociedad en la que vivimos. Si esto ocurre, ¿por qué será?).
Además, puedo llegar a encontrar un obstáculo si esto llega a producirse (el conocimiento compartido): ¿no llegaría un momento en que el conocimiento, aunque estuviese compartido, no estaría de forma igual repartido? Ni creo que fuese tan accesible a todo el mundo, porque aunque es un bien de todos, siempre acabaría en manos de unos pocos que llegarían a controlarlo. El mundo está muy poco acostumbrado a compartir de forma igualitaria.

Mª Teresa Estepa Pastor
2º magisterio musical